Carnaval carnaval

¡HOLA!

Una semana más me encuentro aquí escribiendo en mi blog. El nuevo post no podía trata de otra cosa que de los carnavales, ya que si no lo sabéis es algo que me encanta, más concretamente los de Cádiz, por sus letras reivindicativas y especial desde hace muchos años por la gran importancia que le dan a la mujer, a todos los tipos de violencia y machismo.

A continuación os muestro un vídeo de una comparsa llamado "Los niños sin nombre", la cual está formada por jóvenes entre 18 y 23 años, y en uno de sus pasodobles llamado " Los piropos" critican aquellas personas que se creen que tienen el derecho de decir todo lo que se le pasa por la cabeza a una chica que ve por la calle. Me gusta escuchar este tipo de letras en comparsas tan jóvenes porque aunque parezca mentira, y muchas veces nos cueste verlo la sociedad se está concienciando poco a poco.

Vídeo de YouTube

Como todos y todas sabemos los piropos son un tipo de micromachismo, que la sociedad los vende como algo inofensivo. Se entiende por micromachismo a las sutiles e imperceptibles maniobras y estrategias de ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la autonomía femenina. Hábiles artes, trucos, tretas y manipulaciones con los que los varones intentan imponer a las mujeres sus propias razones, deseos e intereses en la vida cotidiana.

Son de uso reiterado aun en los varones “normales”, aquellos que desde el discurso social no podrían ser llamados violentos, abusadores o especialmente controladores o machistas.

Muchos de estos comportamientos no suponen intencionalidad, mala voluntad ni  planificación deliberada, sino que son dispositivos mentales, corporales y actitudinales incorporados y automatizados en el proceso de “hacerse hombres”, como hábitos de acción/reacción frente a las mujeres. Todas y todos sabemos que es algo que todo el género femenino sufre a diario, desde niñas hasta mujeres mayores, pasando a veces a un acoso callejero, considerado totalmente machismo.

Muchos hombres "machitos" de la sociedad, consideran los piropos como halagos, nada violentos, que se deben aceptar y, en cierto punto, que nos deben hacer sentir bien porque que nos los digan supone que somos atractivas. Sin embargo detrás de todos estos hay miedo, presión por la estética, miradas, lenguaje sexual y en muchos de los casos llegan hasta tocamientos y persecuciones. A todo esto se le suma que los hombres son así por naturaleza y que ellos no lo hacen con mala intención.

Después de todo lo que he dicho en el párrafo anterior, nos siguen diciendo algunos hombres que estamos locas, que somos unas exageradas y que no es un motivo para denunciarlo pero ¿ellos también lo sufren? ¿Cuánto van con miedo a casa por lo que le puedan decir o le puedan hacer?

También hablar que ya luego viene el tema jueces. Siempre es la culpa de la mujer, por ir vestida en falda corta, por ir sola de noche a casa, por llamar la atención, por ir provocando y lo más fuerte, tu culpa por NO DEFENDERTE.

En la actualidad, cada día existe más acoso callejero, y la edad de inicio es menor, existen miles de campañas que conciencian de forma muy lenta y que esperemos que en el futuro solo se reciba piropos de quién queremos, de aquellas personas que le demos permiso para que nos lo digan.

Para terminar y en relación con el pasodoble anterior de la publicación me gustaría terminar con la frase que más me ha llegado de su letra:

“Es hora que entienda qué cuando tu murmullo les asalta en las noches las piernas le tiemblan, el miedo las invade y corriendo a su casa, lo único que piensan es no ser otra más en la lista de nombres que ya no regresan”